Hemos visto como Juan ve a Dios en su trono, al cordero inmolado. Esta sección también describe la dispensación completa: desde la primera hasta la segunda venida de Cristo. En esta sección se amplía el tema del juicio (6:12-17) y al final de la sección, se introduce el tema de la felicidad de los creyentes al llegar al cielo (7:9-17). Esta sección atraviesa de nuevo todo el período evangélico desde la primera hasta la segunda venida de Cristo.
El Cordero comienza a abrir los sellos que permiten el desarrollo del plan de Dios. La apertura de los sellos es acompañada por determinados acontecimientos. Los cuatro primeros sellos forman una unidad: cuatro jinetes son enviados a recorrer la tierra. Estos cuatro jinetes en conjunto representan las calamidades causadas por el hombre. Como se ve aquí y a lo largo de toda la revelación, los poderes del mal, humanos o demoníacos, solamente pueden hacer lo que Dios les permite y sirven a Sus planes.
El capítulo 6, también describe la historia del mundo y de la iglesia. El relato no es una secuencia histórica de eventos ni una profecía que se refiere sólo al retorno de Cristo. Incorpora el período entre la ascensión y retorno de Cristo durante el cual avanza el evangelio hasta los fines de la tierra, la agresión imperialista, las guerras asolan sus poblaciones, la hambruna produce sufrimientos sin fin, y la muerte es la compañera constante de quienes moran en la tierra.
El capítulo 6 se divide en tres partes. Los cuatro primeros sellos forman una unidad que presenta las figuras simbólicas de cuatro caballos de color. El segundo segmento describe las almas bajo el altar y representa al pueblo que murió por su fe en el Señor. Y la última sección describe el juicio y el terror de quienes rechazan a Cristo. En este sermón tocaremos solo la primera parte: Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
En la historia del mundo podemos ver guerras, hambre y muerte constantemente y la iglesia ocupa un lugar central, y su pueblo una y otra vez sufre el impacto de ofensas e injusticias por su testimonio del Cordero. Los seguidores del Señor deben recorrer la misma senda que él recorrió: la senda del testimonio fiel de la verdad incluso a costa de la muerte. La apertura de los sellos implica que los santos en la tierra sufren por las fuerzas anticristianas hasta el día del retorno de Cristo. No sorprende que los mártires en el cielo clamen a Dios por justicia. Se les dice que sean pacientes y que sepan que Dios controla en forma soberana la historia del mundo. Su ira y la del Cordero van dirigidas contra quienes han expresado su enemistad hacia Dios, su palabra y su pueblo. Esos enemigos deben enfrentar al juez. Pero en el juicio quieren evitar encontrarse con él pidiendo a las montañas y a las rocas que los cubran. El sexto sello con todo su simbolismo revela el último tiempo cuando el Señor regresa y llega el tiempo del juicio. Al romper los sellos y abrir el rollo, el Cordero inaugura el plan de Dios y revela qué va a ocurrir en los tiempos antes de su venida y durante la misma. Al romper los sellos uno a uno, se presenta al Cordero en forma insistente como el iniciador de los eventos en este capítulo.
- Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes diciendo con una voz como trueno: «Ven» (Reina Valera dice Ven y Mira)
Uno de los cuatro seres vivientes no significa por necesidad el primero en importancia, el que tiene cara de León. Cada uno de los cuatro da la orden de dar un paso al frente, aunque el primero habla con una voz como de trueno, es decir, lo que a continuación se enunciará es de suma importancia, tal cual se describieron eventos anteriores. El volumen con que habla tiene como fin invitar a todos a prestar atención a la orden de llegar. ¿A quién va dirigida la orden? La mayor parte de las traducciones y comentarios indican que no es a Juan sino al caballo y a su jinete a quienes se les dice que lleguen.
- Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.
Se han estipulado varias propuestas de interpretación para este caballo Blanco, éstas son: el Anticristo, los partos, Cristo y el evangelio como palabra de Dios. Esas opiniones no son de origen reciente; la última se remonta a la iglesia primitiva.
Propuesta 1: El Jinete del Caballo Blanco es el Anticristo
La opinión predominante es que al caballo blanco, como primero en una serie de cuatro caballos, hay que verlo como parte de una fuerza destructiva de guerra, hambruna y muerte. Se utilizaba el caballo en las guerras y el arco significa un arma para matar a la gente La corona denota triunfo, que se subraya con el empleo doble de la frase «venciendo y para vencer». Y el color blanco apunta a la costumbre antigua de que el triunfador cabalgara en un caballo blanco a su regreso de la batalla. Además, la imagen de un jinete en un caballo blanco en el capítulo 6 puede verse como una parodia que Satanás hace de Cristo y de sus guerreros que cabalgan en caballos blancos en 19:11, 14. El capítulo 6 describe la autoridad del Anticristo con respecto a vencer, matar y someter a hambre al pueblo de Dios hasta morir, hasta el punto de que los santos en el cielo imploran a Dios que intervenga.
Apocalipsis 19:11 - 12 Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra. Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas, y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino El.
Puntos en contra en relación a esta propuesta:
Pero el gobierno del Anticristo tiene límites. El Capítulo 19 revela al Cristo conquistador y victorioso que arroja al Anticristo y al falso profeta a un lago de fuego. Y por último, el texto dice «y le fue dada una corona», con la implicación de que Dios es quien la da y quien ha establecido límites para el Anticristo. Se puede decir mucho a favor de esta interpretación, pero está también llena de dificultades. Primero, el color blanco en otras partes del Nuevo Testamento, y en especial en Apocalipsis, siempre denota santidad, pureza, victoria y justicia. No se utiliza para describir a Satanás, a sus ayudantes o a sus obras. Es cierto que Satanás imita a Dios y a sus obras de modo que se disfraza de ángel de luz (2 Corintios 11:14). Pero en Apocalipsis, Juan alerta al lector con una descripción de las parodias de Satanás, que se ilustra, por ejemplo, en 13:3, donde una de las cabezas de la bestia es inmolada como una caricatura de la muerte de Jesús. Pero el relato del jinete sobre un caballo blanco no sugiere para nada una imitación satánica.
Luego, al jinete en el caballo blanco se le da una corona. Esto significa que Dios es el agente que da al jinete una corona, porque en todo Apocalipsis el verbo pasivo «es dada» se refiere tanto a los servidores como a los enemigos de Dios. El término corona (griego stefanos) se aplica a figuras divinas y redimidas
Apocalipsis 2:10 Nada temas por lo que tienes que padecer. Mira que el diablo os va a arrojar a algunos en la cárcel para que seáis probados, y tendréis una tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.
Apocalipsis 3:11 Guarda bien lo que tienes, no sea que otro se lleve tu corona.
A los ancianos que ya estudiamos (Apocalipsis 4:4, 10)
A la mujer que dio a luz al niño varón
Apocalipsis 12: 1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y al Hijo del Hombre:
Apocalipsis 14:14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
La única excepción es la referencia a langostas que tenían en la cabeza algo así como coronas de oro (Apocalipsis 9:7), pero lo que parece no es real. El texto, por tanto, no afirma de manera inequívoca que la imagen del jinete en un caballo blanco retrate una fuerza maligna.
Importante: La frase venciendo y para vencer en Apocalipsis nunca se atribuye directamente a Satanás. Aunque el verbo vencer se refiere dos veces a la bestia al servicio de Satanás (Apocalipsis 11:7; 13:7), el resto de los casos se aplica a Cristo y a los redimidos. Por el contrario, a pesar de todas sus artimañas, Satanás es un fracaso constante; por ejemplo, en un capítulo concreto (Apocalipsis 12) Juan lo describe cinco veces como perdedor. Satanás no puede hacer daño al niño varón (Apocalipsis 12:4b–5); persigue a la mujer pero Dios prepara un lugar para ella en el desierto (Apocalipsis 12:6, 14). Es arrojado del cielo y después quiere ahogar a la mujer en un torrente, que la tierra engulle (Apocalipsis 12:9, 15–16). Se da cuenta de que perseguir a la iglesia es un fracaso Apocalipsis (12:15–16). De nuevo pierde cuando declara la guerra contra la progenie de la mujer (Apocalipsis 12:17). En Apocalipsis, Satanás no es el vencedor sino el perdedor.
Propuesta 2: El Jinete del Caballo Blanco representan a los Partos.
Los romanos nunca pudieron subyugar por completo a los partos, quienes habitaban una zona que ahora se conoce como Irak e Irán. En el 62 d.C. derrotaron a los romanos. Su general fue Vologäses, y sus fuerzas cabalgaron hacia el triunfo en caballos blancos. Utilizaron arcos y flechas como armas principales, y uno de sus líderes fue llamado el Conquistador. El dicho «tiro parto», todavía frecuente en la actualidad, indica puntería precisa.
Puntos en contra de esta Propuesta: los partos no peleaban guerras ofensivas sino defensivas, porque nunca conquistaron ninguna porción del imperio romano ni invadieron a Roma. Además, el empleo del arco era común en las guerras antiguas. Y para los romanos, el triunfo se simbolizaba con el empleo de caballos blancos en desfiles.
Propuesta 3: El Jinete del Caballo Blanco es Cristo
William Hendriksen enumera siete razones para interpretar que Cristo era el vencedor:
- El contexto está en su favor, porque a Juan se le dice, No llores; mira, el león de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido (Apocalipsis 5:5).
- El simbolismo del color blanco en Apocalipsis se refiere a lo que es santo y puro; la corona nos refiere a Cristo, que lleva una corona de oro (14:14); y el verbo vencer, con dos excepciones (11:7; 13:7), siempre apunta a Cristo o a sus seguidores.
- El paralelo (Apocalipsis 19:11) de Cristo que cabalga en un caballo blanco resulta claro, de modo que las Escrituras son su propio intérprete.
- En todo Apocalipsis Juan va manifestando el plan de que Cristo es el único que ha vencido, está venciendo y vencerá.
- En los evangelios, Jesús enseña que Cristo y la espada se siguen uno a la otra:
Mateo 10:34 No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.
Esto se simboliza en el jinete del caballo rojo al que se le da una espada.
- Un salmo mesiánico describe al Cristo como cabalgando hacia la victoria y con agudas flechas que atraviesan los corazones de sus enemigos.
Salmo 45:3-5 Ciñe tu espada sobre el muslo, oh valiente, Con tu gloria y con tu majestad. En tu gloria sé prosperado; Cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia, Y tu diestra te enseñará cosas terribles. Tus saetas agudas, Con que caerán pueblos debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del rey
- El pasaje paralelo de los cuatro caballos (Zacarías1:8) insinúa que el jinete es el ángel del Señor.
Puntos en contra de esta Propuesta: Cristo rompe el primer sello y luego se ve a sí mismo como saliendo en obediencia a la voz de uno de los seres vivientes. Aunque Juan utiliza imágenes, el intérprete debe procurar evitar conflictos internos en lo que representa este primer sello.
Propuesta 3: El Jinete del Caballo Blanco es una representación del Evangelio: Cristo envía su evangelio, que en la historia de la iglesia siempre ha resultado ser incontenible. La palabra de Dios no puede encadenarse:
2 Timoteo 2:10 Por él soporto sufrimientos hasta prisiones, como si fuera malhechor. ¡Pero la palabra de Dios no está presa!
Dios envía su palabra para lograr su propósito:
Isaías 55:11 así será mi palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual la envié.
El Señor habla claramente acerca del evangelio del reino que debe predicarse a todas las naciones:
Mateo 24:14 Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las razas, y luego vendrá el fin.
En su discurso, Jesús habla también de guerra, hambruna y muerte; todo ello tiene su contraparte en la descripción que hace Juan de los cuatro jinetes. La proclamación de la palabra de Dios genera reacción que desemboca en enfrentamientos, luchas y hostilidad.
Esta interpretación tiene sus raíces en la iglesia primitiva. Ya en el siglo tercero, Victorino de Petau en Panonia (la Hungría moderna) escribió en su comentario sobre Apocalipsis: «El caballo blanco es la proclamación de la palabra enviada al mundo con el Espíritu Santo. Porque el Señor dijo: ‘Este evangelio será predicado en todo el mundo como testimonio a los gentiles y luego llega el fin’». La palabra de Dios sale venciendo y para vencer, como resulta evidente en el libro de Hechos y en la historia de la iglesia. De hecho, el evangelio es victorioso desde el principio hasta el fin.
Propuesta 4: El Jinete representa la conquista imperialista del hombre. Encontramos armonía con esta interpretación, ya que este afán imperial del hombre es que desata guerras y éstas las demás consecuencias vistas en los demás jinetes. Los romanos se vestían de vestiduras blancas cuando vencían al igual que otros pueblos, y el jinete va la victoria porque Dios mismo es quien pone Reyes y los saco, él les da un pode limitado sobre la tierra.
- Y cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente decir, «Ven». 4. Y salió otro caballo, rojo. Y al que estaba sentado en él le fue dada autoridad para quitar la paz de la tierra, de modo que pudieran matarse entre sí; y se le dio una gran espada.
El segundo ser viviente, con el aspecto de buey, que simboliza fortaleza y tenacidad, habló. No se menciona el volumen de su voz como en el caso del primer ser viviente.
«Y salió otro caballo, rojo.» Si el color blanco significa santidad, pureza y justicia, el rojo significa sangre derramada y sugiere guerra. La palabra griega pur (fuego) tiene un término derivado purros que quiere decir rojo vivo. Este término derivativo se encuentra tanto aquí como en la descripción del dragón de color rojo vivo dedicado a derramar sangre y a guerrear (Apocalipsis 12:3). El conflicto que se describe en Apocalipsis es el de Dios frente a Satanás, de Cristo frente al Anticristo y del Espíritu Santo frente al falso profeta. Cuando el evangelio se introduce en zonas donde todavía no ha sido predicado, este conflicto es real y a menudo conlleva derramamiento de sangre. Jesús mismo dijo:
No crean que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz sino espada (Mateo 10:34).
Mateo 24:6,7 Y dijo: Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras… Se levantará nación contra nación, y reino contra reino.
Y al que estaba sentado en él le fue dada autoridad para quitar la paz de la tierra. El jinete en este caballo rojo personifica el mal que se opone a Dios, a su palabra y a su pueblo. Donde quiera que entre este mal, desparece la paz. La oposición a la predicación y enseñanza del evangelio con frecuencia conducen a grave conflicto (incluso en la propia familia):
Mateo 10:36 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Pero el mal por sí mismo no tiene autoridad propia, porque es Dios quien le concede al mal autoridad para quitar la paz. Dios es quien controla y fija los límites; en sus manos permanece el control de los asuntos humanos.
De modo que pudieran matarse entre sí; y se le dio una gran espada
¿Quiénes son los que toman las armas para matarse unos a otros? Se podrían mencionar varias interpretaciones: la guerra generalizada a lo largo de los siglos, guerras civiles, cristianos que son asesinados, cristianos que se matan unos a otros, y los enemigos de Dios.
Quizá haya cierta evidencia de que este pasaje alude a la matanza del pueblo de Dios. El verbo matar se encuentra ocho veces en Apocalipsis, de las cuales una se da en el caso de la cabeza inmolada de la bestia como imitación del Cordero inmolado (Apocalipsis 13:3). Los otros pasajes se refieren a la muerte del Cordero y de sus seguidores.
- Un Cordero que estaba de pie como si hubiera sido sacrificado (5:6).
- Fuiste sacrificado y con tu sangre [los] compraste (5:9)
- Digno es el Cordero que fue inmolado (5:12).
- Vi debajo del altar las almas de los inmolados (6:9).
- El Cordero que fue inmolado (13:8).
- La sangre de los profetas y de los santos se encuentra y de todos los que fueron sacrificados en la tierra (18:24).
Este jinete desata muerte en todas las esferas de la historia humana.
- Y cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente decir, «Ven». Y vi, y mira, un caballo negro, y el que estaba sentado en él tenía una balanza en la mano. 6. Y oí como si fuera una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía, «Un kilo de trigo por el salario de un día y tres kilos de cebada por el salario de un día, pero no dañes el aceite y el vino».
Este ser viviente, con rostro de hombre (4:7), representa inteligencia y sagacidad. El caballo en el que cabalga el jinete es negro, representando hambruna, como se ilustra con las balanzas para medir el peso de los alimentos y con los precios muy exagerados del trigo y de la cebada, recordemos que Zacarías describe a los caballos negros con dirección al norte, hacia Babilonia. Por otro lado, miremos que nos dice el Señor
Esta escena se aparta de las dos anteriores por cuanto, además de la orden «¡Ven!», se oye una voz que transmite un mensaje. Es posible decir que esa voz no pertenece sólo al tercer ser viviente sino al Cordero.
Del que está sentado en el trono se transmite el mensaje de hambruna, que en la época bíblica se escuchó repetidas veces.
La voz de Dios exclama: «un kilo de trigo por el salario de un día y tres kilos de cebada por el salario de un día, pero no afectes el aceite y el vino». Informa al oyente y al lector acerca de cuatro productos alimenticios que escasean: trigo, cebada, aceite y vino. La medida que se utiliza (griego joinix, palabra que sólo se encuentra aquí en todo el Nuevo Testamento) es «una medida para sólidos, utilizada a menudo para cereales, casi equivalente a un kilo».
El precio de un kilo de trigo por un denario es muy exagerado. La parábola de los trabajadores del viñedo menciona que un denario equivale al salario de un día de un trabajador (Mateo. 20:2). Si con un denario se compraba sólo un kilo de trigo, el equivalente de una hogaza de pan, el trabajador no podía alimentar a su familia con esa cantidad. Tendría que escoger comprar tres kilos de cebada por el mismo precio, pero la cebada carece de gluten, sustancia proteínica que se encuentra en la harina de trigo y que hace que la masa sea cohesiva. De ahí que la cebada se suela utilizar como pienso para los animales. Al final del asedio a Samaria en los días del profeta Eliseo, se vendieron siete kilos de harina de trigo por un shekel (moneda de plata) y trece kilos de cebada por el mismo precio (2 Reyes 7:1, 16, 18). Con todo, si un trabajador tenía que pagar un denario por un kilo de trigo, apenas si podía sobrevivir y no podía disponer de dinero para otros productos. El mensaje que sale de en medio de los cuatro seres vivientes fue muy significativo para sus lectores y oyentes. Los cristianos que vivían en las ciudades de Esmirna, Pérgamo, Tiatira y Filadelfia se veían obligados a pertenecer a gremios que les exigían que adoraran a ídolos. Cuando se negaban debido a su fidelidad a Cristo, corrían el riesgo de quedar sin trabajo y pasar hambre. Ellos mismos experimentaron directamente el efecto de inanición.
Los elementos como el vino y el aceite siempre fueron parte de la vida cotidiana del pueblo de Israel, como cotidianos:
Deuteronomio 11:14 yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
Nehemías 5:11 Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés.
Fueron remedios usados en tales casos por todo el Oriente, y en otras partes; el vino para limpiar la herida, y el aceite para suavizar la pena. Como ilustración tenemos al buen Samaritano:
Lucas 10:34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.
Más allá de esto, Dios enviará hambruna sobre la tierra, pero por causa de sus escogidos tendrá misericordia, pone límites aun en la hora del juicio.
Apocalipsis 6:7 - 8 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira.
Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.
El color del caballo denota palidez con el adjetivo de enfermizo o cadavérico (como las vacas flacas del Sueño de Faraón en la Historia de José). Es el único jinete del cual sabemos su nombre, que es Muerte. Tanto Muerte como Hades simbolizan la terminación de la vida y de la existencia, donde llega la muerte allí llega el Hades a recoger sus víctimas.
Oseas 13:14 ¿Los redimiré del poder del Seol? ¿Los rescataré de la Muerte? ¿Dónde está, oh Muerte, tu espina? ¿Dónde está, oh Seol, tu aguijón? La compasión se ha ocultado de mis ojos.
El Hades no es el sepulcro, sino el lugar donde permanecen las almas de los incrédulos, en tanto que las almas de los creyentes están con Jesús en el cielo. Dios es quien les otorga autoridad. Los creyentes reciben consuelo de estas palabras, porque saben que Dios controla totalmente incluso cuando una cuarta parte de la población de la tierra perece (en Apocalipsis 9:18, donde muere una tercera parte del género humano). Pertenecen a Dios y han sido redimidos por el Cordero (5:9; 7:14, 15) y están a salvo. Pero Muerte y Hades matan y reúnen a millones y millones de personas de varias maneras horrendas: primero, en forma violenta con armas de destrucción individual o masiva; luego con escasez de alimentos que conducen a una muerte gradual; tercero, con enfermedades violentas de alguna clase; y por último, por bestias salvajes. Juan ha tomado las palabras de las profecías del Antiguo Testamento:
Ezequiel 14:21 Así dice el Señor omnipotente: ¡Peor será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos fatales: la guerra, el hambre, las bestias feroces y la peste! Con ellas arrasaré a sus habitantes y a sus animales.
Los primeros receptores de Apocalipsis pudieron aplicar su mensaje a sus propias circunstancias. Se enfrentaron constantemente con la espada, el hambre y la enfermedad; y esperaban la destrucción por bestias salvajes. El poder romano amenazaba su existencia directa e indirectamente, de modo que vivían constantemente a la sombra de la muerte. Pero a lo largo de los siglos el exterminio de grandes segmentos de la raza humana se atribuye a guerras, hambrunas y enfermedades. La plaga bubónica se introdujo en Europa en el siglo catorce y mató a veintiséis millones de personas entre 1346 y 1352. Durante la Segunda Guerra Mundial, unos veinte millones de personas en Europa perdieron la vida, y una cantidad parecida en Asia. Muchas personas mueren no en forma accidental y debido a enfermedades comunes y a la vejez, sino de manera cruel en guerras, conflictos, hambrunas y epidemias. Sin embargo, la gravedad de destruir la vida de una cuarta parte de la tierra se refiere a un evento catastrófico futuro y es una advertencia del juicio venidero de Dios.
¿Cuál es el origen de todas estas catástrofes? El pecado. Recordemos el origen de todo: La desobediencia.
Génesis 3:17 - 19 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
La caída del hombre provoco una separación de Dios, nuestra muerte espiritual y con ella una multitud de catástrofes: dolor, enfermedad, cansancio, maldiciones, enemistad (ilustrada en la relación entre Caín y Abel).
Cristo nos dijo lo siguiente:
Mateo 15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
O Santiago:
Santiago 4:1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
El origen de todas estas calamidades yace e nuestro corazón muerto, el hombre es culpable:
Romanos 1:18 – 31
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Durante la historia del mundo han venido distintas guerras, hambres y enfermedades:
Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, la Guerra fría, La Guerra de Vietnam, La guerra de los Cien años, La guerra del golfo pérsico, la guerra de corea, la revolución rusa, la revolución francesa la colonización de América. En cuando a hambrunas tenemos: La de Egipto en los años 1200 en donde hubo hasta canibalismo, Inglaterra y Francia (Tras las diversa guerras), Irlanda, India, China, aun hoy en Africa podemos observar esto, y como la Inflación sube en diversos países en la actualidad. Si hablamos de enfermedades las hay por montón el Sida, el cáncer, la difteria, plagas por doquier como la dela guerra del Peloponeso, la plaga antonina, la plaga de Justiniano, la Peste Negra, la gripe Española, la gripe aviar, la Influenza, cólera, síndrome de las vacas locas, en cuanto a economía el mundo ha sido atacado por la gran depresión del 29, la misma revolución francesa repercutió en la economía de forma que la gente comía pan con la sangre de los muertos por que no había que comer, el corralito argentino y nosotros mismos como chilenos hemos tenido nuestras propias crisis. Tenemos el aborto que ha eliminado seres humanos más que muchas guerras, tenemos una desvalorización de la dignidad humana, en donde es más importante alimentara la creación que a los seres humanos, catástrofes, fuerzas de la naturaleza, rumores de guerras y azotes de desolación.
Pero que nos dice la Biblia, ¿qué es lo que el Evangelio propone? ¿Qué es lo que Cristo compro con su sacrificio? ¿Sobre qué triunfó el Rey de Reyes?
Cristo es nuestra Paz:
Apocalipsis 7:17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva, y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Colosenses 1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
Isaías 9:7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.(C) El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Cristo es Nuestra verdadera comida en él estamos saciados, aun si pasáramos hambre él es nuestro sustento verdadero:
Apocalipsis 21:6 Me dijo también: "¡Está hecho! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, yo le daré gratuitamente de la fuente de agua de vida.
Apocalipsis 22:17 El Espíritu y la esposa dicen: "¡Ven!" El que oye diga: "¡Ven!" El que tiene sed, venga. El que quiere, tome del agua de vida gratuitamente.
Salmo 36:8 Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
Salmo 37:19 No serán avergonzados en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados.
Salmo 65:4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.
Juan 6:35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Cristo Venció a la Muerte:
Apocalipsis 1:18 el que vive. Estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Y posee control sobre ella:
Apocalipsis 9:6 En aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero de ninguna manera la hallarán. Anhelarán morir, y la muerte huirá de ellos.
Apocalipsis 21:4 Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron."
Y el condenará a la muerte:
Apocalipsis 20:14 Y la Muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda, el lago de fuego
1 Corintios 15:54 -55 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? No solo esto sino que sino que él mismo es la fuente de todo en el cielo:
Apocalipsis 22:1-5
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de la naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
Su sacrificio, su vida , su paga es tal que nada nos arrebata de su mano:
Romanos 8:35 - 39 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Pablo nos describe uno de sus tantos sufrimientos cosa cotidiana en la vida del creyente:
1Corintios 4:11 - 13 Hasta esta hora padecemos hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija. Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos;(A) nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos.
Salmo 121:
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Los primeros cristianos sufrían y morían de formas horribles: Hipólito fue desgarrado por caballos, Ignacio de Antioquia fue comido por Leones, San Lorenzo asado y quemado hasta la muerte, Esteban fue lapidado, y observamos cuantas veces Pablo sufrió cárcel, hambre y persecución por causa de Cristo más sus ojos estaban puesto al Igual que Juan y al igual que nosotros en el León que venció siendo un Cordero:
Apocalipsis 5:5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.
Los cuatro Jinetes están cabalgando alrededor del mundo, pero un Jinete mayor está sobre ellos:
Apocalipsis 19:11 – 21 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SE~NOR DE SE~NORES.Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.